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Recomendaciones para el cuidador

Se considera necesario  el reflejo de una serie de recomendaciones básicas que se pueden utilizar ante las diferentes situaciones que se van a ir presentando en el  largo proceso de enfermedad.Por lo que  a continuación se exponen una serie de recomendaciones de ayuda para cuidadores de personas con demencia, estas han sido propuestas  por el Departament of Social Change and Mental Health.

 

¿Cómo cuidar a un enfermo con demencia?

 

  • Establezca rutinas pero mantenga las cosas normales

Esto favorece que el enfermo no tenga que enfrentarse continuamente a situaciones cambiantes, ya que su toma de decisiones va a estar deteriorada. Asimismo, las rutinas representan para el paciente una agradable sensación de seguridad.

 

  • Mantenga la independencia de la persona

Es importante que la persona conserve su independencia el mayor tiempo posible, así el cuidador disminuye la carga y el enfermo va a mantener su autoestima.

 

  • Ayude a mantener la dignidad de la persona

Es aconsejable evitar la discusión de la condición del paciente delante de él, ya que no podemos olvidar que esto le puede molestar.

 

  • Evite discusiones

Cualquier tipo de discusiones causa estrés en el cuidador y en el enfermo. Es aconsejable que no se le llame la atención cuando cometa algún error a la hora de realizar una tarea, ya que esto provoca una sensación de fracaso.

 

  • Simplifique las tareas

Cuanto más sencilla sea una tarea, más fácilmente la llevará a cabo el enfermo.

 

  • Conserve el buen humor

Puede ayudar a aliviar el estrés.

 

  • La seguridad es importante

Se va a producir como consecuencia del proceso degenerativo una pérdida de coordinación física, aumentando las posibilidades de lesionarse, por lo que la casa deberá mantenerse lo más segura posible.

 

  • Ayude a aprovechar las habilidades de la persona

Algunas actividades, sobre todo aquellas que están relacionadas con la actividad profesional del individuo antes de la enfermedad, pueden elevar el sentido de la dignidad y la autoestima.

 

  • Mantenga la comunicación

A medida que la enfermedad progresa, la comunicación entre el enfermo y el cuidador puede resultar más difícil. Para minimizar en lo posible las complicaciones que pueden ir apareciendo es aconsejable: asegurarse de que la persona vea y oiga bien, hablarle claro, despacio, cara a cara y mirando a los ojos, mostrar gestos de cariño, atender al lenguaje corporal del enfermo y asegurarse de que la persona nos presta atención. Será importante, en los estadios iniciales, cuando el paciente ya no emite apenas palabras, la comunicación a través de caricias, de abrazos.

 

  • Usar  ayudas de memoria

En las primeras etapas de la enfermedad es bueno el uso de calendarios y notas que ayuden a la persona a mantenerse orientado y a recordar.

 

Manejo de situaciones cotidianas conflictivas

 

  • El vestirse. A menudo se olvidan de cómo vestirse y puede que en ocasiones no reconozcan la necesidad de cambiarse de ropa. Para facilitar esta actividad preséntele la ropa en el orden en que debe ponérsela, evite el uso de ropa con cierres complicados, procure que tenga independencia al vestirse mientras pueda, repita las indicaciones si es necesario e intente que los zapatos sean de suela antideslizante.

 

  • El baño y la higiene personal. El enfermo con EA puede olvidarse de las tareas de autolavado, puede dejar de considerarlas necesarias o puede haberse olvidado de cómo hacerlo. Es importante, ante estas situaicones, ofrecer ayudas que respeten su dignidad, como intentar que el baño sea un momento de placer y relajamiento o simplificar las tareas lo más  posible. Si se siente incómodo, puede ser útil no desnudarlo totalmente, haciéndolo por partes, mantener la seguridad colocando agarraderas, alfombras antideslizantes…

 

  • Uso del inodoro e incontinencia. Puede que el curso de la enfermedad los enfermos pierdan la noción de cuándo ir al baño, dónde se encuentra el inodoro o cómo usarlo, en ese caso será útil: crear un horario metódico para el baño, dejar la puerta del baño abierta para facilitar que el enfermo lo encuentre, disminuir la ingesta de líquidos antes de acostarse y consultar con un profesional.

 

  • La cocina. A medida que el cuadro demencial avanza, la persona va a ir perdiendo la capacidad para cocinar, pudiéndose producir situaciones peligrosas como cortes o quemaduras, por lo que sería conveniente: instalar electrodomésticos seguros, retirar utensilios afilados, valorar si realiza comidas nutritivas…

 

  • Comer. Aparecen situaciones como el mal uso de cubiertos, olvidos de las comidas, problemas al masticar, etc., que hacen aconsejable servir comidas que pueda comer con las manos, recordarle que debe comer despacio, cortar la comida en pequeño trozos, no servir comidas muy calientes y, cuando tengan dificultades para tragar, consultar con un médico para aprender la  técnica de estimular al tragar.

 

  • Dificultades al dormir. Puede que el  enfermo esté inquieto durante la noche y moleste a la familia, convirtiéndose este problema en uno de los más agotadores para la misma. En este caso hay que tratar de que el enfermo no duerma durante el día, que esté lo más cómodo posible y que realice actividades físicas.

 

  • El comportamiento repetitivo. La persona con EA se puede olvidar de lo que dijo o hizo de un momento a otro, repitendo la pregunta o la acción una y otra vez. Ante estas situaciones es bueno que se distraiga al enfermo con algo distinto y no enfadarse y mostrarle cariño.

 

  • El apego. Los enfermos con demencia pueden ser muy dependientes y seguir al cuidador a todas partes. Esto puede ser frustrante y difícil de manejar, pero será útil entretener al enfermo mientras el cuidador sale o ayudarse de otra persona para que le cuide.

 

  • La pérdida de objetos y acusación de robo. En numerosas ocasiones los enfermos van a olvidar dónde han puesto los objetos, y los perderán. Es muy común que acusen a alguien de haberles robado, en cuyo caso averigüe si la persona tiene un escondite, tenga repuestos de las cosas importantes como las llaves y revise los recipientes de residuos antes de vaciarlos.

 

  • Las ilusiones falsas y alucinaciones. Ante situaciones como éstas, donde el paciente experimenta falsas ilusiones o alucionaciones, es conveniente no discutir con la persona sobre la veracidad de lo que ha visto u oído, intentar calmarle hablándole con suavidad, distraerle mostrándole algo real en la habitación y, sobre todo, consultar con su médico.

 

  • El comportamiento sexual inadecuado. No es muy común en la enfermedad de alzheimer, pero puede que se den situaciones como desnudarse en público, acariciar sus genitales o tocar a otra persona de forma inadecuada. En estos casos es bueno tratar de no reaccionar de forma  exagerada y distraer a la persona con otra actividad.

 

  • La conducta motora aberrante. Esto puede ser un problema de difícil manejo. La persona puede vagar por la casa o por la calle e incluso llegar a perderse. Será necesario asegurarse de que lleve consigo alguna identificación y de que su casa sea segura para evitar caídas.

 

  • La agresividad. Para un cuidador esto suele ser uno de los comportamientos que más carga provocan. En estos casos es necesario mantener la calma y no mostrar miedo o alarma, derivar la atención del enfermo a una actividad serena y averiguar qué causó la reacción para tratar de evitarla en el futuro.

 

  • La depresión y la ansiedad. Puede afectar a la rutina diaria y al interés por la comida. Como sugerecia, es aconsejable consultar con su médico y mostrarle apoyo

 

 

En cuando a la alimentación...

 

Según el Institut Català de l´envelliment, cuando hablamos de trastornos del comportamiento alimentario en enfermos de alzheimer y otro tipo de demencias, hemos de decir que estos comienzan a manifestarse muy tempranamente. Al inicio de estos, el enfermo muestra una actitud defensiva y a medida que se produce una evolución de la enfermedad se instaura progresivamente la dificultad para reconocer los alimentos y después la incapacidad de alimentarse solo. Poco a poco el enfermo se vuelve dependiente del cuidador principal.

 

Señales de alarma de la pérdida de habilidades con respecto a todo lo que incumbe a la alimentación:

 

-No quiere sentarse a comer

-No apaga el fuego

-Prepara la mesa desorganizada

-Se mancha

-Compra siempre los mismos alimentos y cocina lo mismo

-La comida se pudre en la nevera

-Se niega a comer platos preparados por otras personas por creer que pueden envenenarle

-Se irrita cuando se le evidencian sus errores

-No recuerda la secuencia correcta de la toma de alimentos ni cómo utilizar los cubiertos

-Se niega a comer, o lo hace compulsivamente

-Olvida acciones como beber, masticar y tragar

-No limpia sus dientes

 

Han de tener en cuenta:

-Se debe cuidar el entorno físico. Se le debe dar seguridad, calidez, y ser luminoso. Es importante que coma siempre en el mismo espacio

-Se ha de favorecer al máximo que coma y beba solo, facilitándole los utensilios y manteniéndole los hábitos

-No se ha de incapacitar al enfermo en todos los aspectos referentes a la alimentación, ya que quizás no pueda prepararse todas las comidas, pero puede participar en alguno de los procesos

-Se han de crear rutinas para maximizar la participación del enfermo y su orientación

-No entre en la recriminación y el engaño frente a los errores evidentes

-Se han de valorar de forma inmediata las ejecuciones correctas

-También hemos de respetar el ritmo del enfermo: potenciando su independencia dándole tiempo para autocorregirse.

 

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